Antes de ser alcalde de la ciudad mexicana de Iguala, donde desaparecieron 43 estudiantes, José Luis Abarca ya había sido investigado por delincuencia organizada pero los expedientes se cerraron, dijo este jueves el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong.
Las investigaciones que se iniciaron en 2010, 2011 y 2012, en el gobierno del anterior presidente, Felipe Calderón, "fueron cerradas porque en ninguno de los casos se encontró nada", afirmó en entrevista con Grupo Fórmula. "No se encontraron elementos suficientes".
Abarca asumió en septiembre de 2012 como alcalde de Iguala, una ciudad de 140.000 habitantes situada 200 kilómetros al sur de Ciudad de México, en el estado de Guerrero.
Osorio Chong, ministro responsable de la política interior, dijo que hace apenas dos meses la Procuraduría General de la República abrió una nueva investigación en su contra, esta vez por enriquecimiento ilícito, un tema "que era también un clamor allá en Iguala".
Según la fiscalía, fue Abarca quien ordenó a policías municipales interceptar a los estudiantes el 26 de septiembre pasado, tras lo cual fueron entregados al grupo criminal de Guerreros Unidos. El alcalde y su esposa, que están prófugos, eran supuestos operadores de la organización.
Osorio Chong reconoció que la desaparición de los estudiantes ha generado una situación "difícil" para el gobierno de Enrique Peña Nieto, que asumió el poder en diciembre de 2012.
"La verdad es que estamos en un momento difícil", dijo, pero "habremos de dotar de seguridad a esta región de Tierra Caliente de Guerrero y evitaremos que vuelvan a darse hechos tan lamentables".
El presidente se reunió el miércoles durante casi cinco horas con los padres de los estudiantes desaparecidos y acordó con ellos rediseñar la búsqueda de los jóvenes.
Sin embargo, las familias se dijeron decepcionadas por el encuentro y reiteraron que no confían en las autoridades.
Los jóvenes desaparecidos pertenecen a la escuela rural del magisterio de Ayotzinapa, situada también en Guerrero, y fueron perseguidos por policías después de apoderarse de tres autobuses para su traslado.
