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Belquix Padrón: “Love, Sex and F*uck es una llamada de atención al sector audiovisual canario”

   
La comunicadora herreña Belquix Padrón. / MORÍN

La comunicadora herreña Belquix Padrón. / MORÍN

Por Benjamín Reyes

Belquix Padrón (Valverde, El Hierro, 1982) se marchó con 18 años de su isla natal buscando nuevos horizontes. Tras su paso por las facultades de Historia y Periodismo de la Universidad de La Laguna se hizo cargo de los gabinetes de prensa de festivales de cine como CineEsCena y Naturman. Dada sus ansias creativas creó su propia empresa informativa: Aaru Comunicación y Gestión Audiovisual. Ahora, da rienda suelta a su creatividad en una película, Love, Sex and F*ck, que ha superado el reto de concluir, con magros recursos, un largometraje de 82 minutos en solo 40 días. Un filme que gravita en torno al universo del amor, que por su temática y forma de rodaje recuerda a títulos como Interior noche, de Miguel Ángel Cárcano o Sábado, de Matias Bize.

-¿Nacer en El Hierro marca el carácter?

“Creo que sí. En El Hierro hay dos tipos de personas. Las que se quedan a vivir allí y las que tienen la necesidad de salir de la isla para desarrollar actividades creativas como es el caso de Aïda Ballmann, Alexis W, Víctor Álamo de la Rosa o Dioniso Cejas. El Hierro despierta la creatividad. Todos los artistas que vienen a la isla terminan por visitar la casa de Marco Alom, que se conoce con el sobrenombre de El cochino negro, y se ha convertido en un foco de la expresividad artística herreña. Para mí la isla es un sitio de reencuentro personal. El mirador de la Peña es inspirador. Tengo la sensación de que todos los sitios se me quedan pequeños”.

-¿Por qué decide ser periodista independiente?

“De pequeña quería ser arqueóloga, pero siempre he tenido la necesidad de escribir y cursé la carrera de Periodismo. Por casualidad empecé a trabajar en la comunicación de festivales de cine. Decidí ser periodista independiente porque nunca me ha gustado que coarten mi creatividad y de esta forma puedo desarrollarla. Yo decido lo que escribo, yo decido con quién trabajo”.

-¿Es rentable?

“Da para vivir. Hay proyectos que he hecho gratis simplemente porque me han interesado. Soy de las pocas personas que cree todavía en trabajar por amor al arte”.

-¿Cómo ve la profesión periodística en la actualidad?

“El periodismo está infravalorado. Me da la sensación de que la gente no quiere información seria y prefiere la rumorología disparatada. El ejemplo es el de Carmen Dolores, una mujer que vive en Ifonche, que dice que ha descubierto la Cueva de las mil momias, tiene más de 15.000 seguidores en Facebook y el programa de televisión Cuarto Milenio le ha dado cobertura”.

-Algunos periodistas se limitan a cubrir el expediente.

“Muchos periodistas se han acomodado y se limitan a copiar las notas de prensa. En general, cuando van a las ruedas de prensa se limitan a pedir el dossier y no suelen preguntar. No obstante, también hay profesionales que sí ejercen el periodismo de la forma adecuada”.

-¿Cómo ha pasado del periodismo a trabajar en producciones audiovisuales?

“Siempre he tenido la necesidad de contar historias, mi padre siempre me decía que tenía más rollo que un carrete de cine. Ya de adolescente participé como figurante en el cortometraje La raya (1997), de Andrés Koppel, entre otras producciones audiovisuales. También he hecho teatro. Cuando estudié Periodismo perdí la inocencia delante de la cámara y decidí que prefería informar sobre los rodajes. Lo que ocurre es que ver los rodajes me incentivó para volver a trabajar en ellos desde otro punto de vista”.

-Love, Sex and F*uck es un proyecto concebido como protesta a la no contratación de profesionales canarios en las últimas producciones que se ruedan en las islas. Sin embargo, recientemente Lamberto Guerra decía en el programa radiofónico Roscas y cotufas que son pocos los actores y profesionales del sector que hablan inglés.

“Lo de hablar inglés es una excusa que puede ser válida para las producciones internacionales, pero están viniendo muchas producciones nacionales que tampoco hacen un intento por contratar a gente de aquí. Hay excepciones como la de Khalet Kouka, uno de los actores de Love, Sex and F*uck, que participó como figurante en El Niño y Exodus”.

-El embrión de este largometraje fue un cortometraje.

“Luis A. Martín rodó un corto homónimo en 2012. Era un trabajo que se podía desarrollar más y que tenía muchas cosas que decir. Por tanto, participé en la reescritura del guion para convertirlo en un largometraje. He tenido la suerte de que la vida lo cruzase en mi camino, y decidir emprender este reto juntos”.

-¿El guion está basado en experiencias propias?

“Es una historia de ficción que le podría pasar a cualquiera. Presenta tres formas de vivir las relaciones. Va sobre el amor, la ceguera del amor y la soledad. Hay siete personajes y tres historias de amor, con lo cual algo no concuerda. No hemos tenido referentes a la hora de redactar el guion, solo hemos plasmado una necesidad de crear historias, de conseguir que los personajes hagan lo que te imagines. El guion solo ha sido una guía, los actores han tenido libertad para componer el personaje. Se ha improvisado y se han cambiado diálogos. Los personajes tienen mucho de los actores. En trece días de rodaje no hubo tiempo para muchos ensayos”.

-¿Ya hay fecha de estreno?

“La intención es estrenar en diciembre en los Multicines Tenerife, ya que estamos cansados de trabajar en
cortometrajes para que solo se vean una vez. Ya la hemos enviado a varios festivales de cine internacionales. Este proyecto es una crítica al sector audiovisual canario, en el que hay gente que vive de subvenciones públicas o del micromecenazgo. Así como al hecho de que existan producciones en las que se dice que nadie cobra y luego resulta que parte del equipo sí ha cobrado. Si no nos valoramos nosotros profesionalmente no podemos pretender que los demás lo hagan”.

-Hasta el 2 de noviembre se puede ver en La Recova la muestra Memorias de contrabando, en la que ha hecho labores de documentación.

“Mi colaboración en esta exposición surge de la muestra anual La ventana indiscreta, que Alexis W ideó hace doce años. Este año giraba en torno a la represión franquista. Mi labor consistió en la búsqueda de las mujeres que se retrataron, a dos de las cuales entrevisté. Eran historias que estaban ocultas. Hubo personas que no quisieron participar. Nos íbamos a la cama con los fantasmas de estas personas. Ahora queremos compartirlos para cerrar heridas. Además he ayudado con la labor de prensa y redes sociales”.

-¿Le llegó a afectar emocionalmente?

“Sí. Al principio fue una forma de reencontrarme con la historiadora que llevo dentro, pero a medida que avanzábamos en el proyecto estas historias ocultas te van calando. 75 años después todavía hay gente que no sabe dónde están enterrados sus familiares. Las personas que han participado querían cerrar un capítulo de su vida. Se habla de 15.000 desaparecidos en las islas. Durante cinco días fue noticia en el El Mundo. Sin embargo, en Canarias no ha tenido la repercusión que creo que debería de tener”.

-¿Por qué cree que este asunto sigue escociendo?

“No ha pasado el tiempo necesario para que la gente olvide y sigue existiendo mucho miedo. Vivimos ciegos a la historia”.