CIBERATAQUE

Corea del Norte vincula la crisis de Sony con los derechos humanos

El líder norcoreano Kim Jong-un visita una fábrica de comida para...

El líder norcoreano Kim Jong-un visita una fábrica de comida para niños, en Pyongyang. EFE

La renovada tensión política entre Washington y Pyongyang a causa de los ataques cibernéticos sufridos por la firma Sony podría agravarse la semana próxima ante la prevista discusión en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (UNSC) de una resolución que pretende enviar las violaciones de derechos humanos de Corea del Norte al Tribunal Internacional de la Haya.

La Asamblea General de la ONU aprobó este jueves tal decisión y aunque se espera que China o Rusia ejerzan el veto en el UNSC, el mero debate sobre esta hipótesis lleva semanas generado una creciente indignación en Corea del Norte.

La agencia de noticias oficial del régimen ya consideró la semana pasada que la iniciativa ante la ONU tiene la "intención de inventarse un pretexto para una invasión militar" de la nación asiática y acusó al organismo internacional de ser un "instrumento" de Washington.

Este sábado un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores norcoreano estableció una correlación entre la escalada verbal que ha generado el caso de la Sony y la iniciativa ante la ONU, y propuso una investigación conjunta entre Pyongyang y Washington para probar que su país "no tiene nada que ver en ese incidente".

Casi a renglón seguido, el mismo funcionario se sumó a la espiral dialéctica al amenazar a EEUU con "graves consecuencias" si rechaza esta opción y dijo que Corea del Norte "reforzará" su "poder militar defensivo, incluido su poder nuclear".

"La idea de una península sin armas nucleares ya no es válida, dado que ahora la política hostil de EEUU tiene el objetivo de invadir nuestra república. Si tenemos que responder no llevaremos a cabo ataques terroristas contra espectadores inocentes en los cine sino un ataque frontal contra los responsables de estas acciones hostiles", señaló el portavoz norcoreano.

Ante las limitadas opciones que tiene el presidente norteamericano Barak Obama para responder a Corea del Norte -a la que acusa directamente del pirateo de Sony-, Washington ha recabado el apoyo de sus principales aliados en Asia, Japón y Corea del Sur, y también a solicitado la mediación de China, que aunque se ha manifestado de forma genérica en contra de cualquier ataque cibernético no ha dudado también en criticar la película 'The Interview'.

El diario 'Global Time', un fiel reflejo de la ortodoxia del partido, indicó que la película que ha indignado a Corea del Norte "es el resultado de un arrogancia cultural sin sentido" y algo de lo que "no deberían sentirse orgullosos" ni Hollywood ni la propia sociedad norteamericana.

La actual capacidad china de influir en Corea del Norte se encuentra además en cuestión

ya que Pyongyang parece estar adoptando un giro estratégico de sus relaciones exteriores al alejarse de su otrora estrecho aliado e intentar una aproximación a Rusia.

Tal determinación se confirmó este miércoles, durante el tercer aniversario del fallecimiento de Kim Jong-il, al que Corea del Norte no invitó a China, en un desplante inédito en los últimos años.

El significativo gesto obligó a Pekín a enviar al número 5 de su nomenclatura, Liu Yunshan, a la embajada de Corea del Norte en la capital china para "rendir tributo" al difunto.

"Nos acordamos de él en esta jornada y nunca olvidaremos su contribución a la mejora de nuestros lazos bilaterales", precisó un portavoz del ministerio de Exteriores chino. Pese a que China ha sido el principal sustento de Corea del Norte durante las últimas décadas, la llegada al poder de Kim Jong Un en el 2012 modificó esta alianza especialmente tras la ejecución de su tío, Jang Song Thaek -considerado muy próximo a Pekín- y la visita del presidente Xi Jinping a Seúl en julio.

Relaciones bilaterales

Quizás nada sea más simbólico de este sorprendente enfriamiento de las relaciones bilaterales que la paralización del proyecto de modernizar la conexión entre ambos países con la construcción del nuevo puente sobre el río Yalú, que uniría la ciudad china de Dandong y Sinuiju, en el territorio coreano.

Un proyecto que supuestamente costó a China más de 350 millones de dólares, que se extiende durante casi 3 kilómetros y que incluye una conexión con un tren de alta velocidad para promover el comercio a través de la frontera.

La obra debería haberse inaugurado a finales de octubre pero del lado coreano, las autoridades ni siquiera han concluido el pavimentado de las carreteras que deberían conducir hasta esa nueva estructura. El diario chino 'Global Times' reconoció en octubre que la apertura de la obra había sido "pospuesta de forma indefinida".

De forma paralela y especialmente en las últimas semanas, Kim Jong-un ha acelerado los guiños a Moscú a donde envió en noviembre a uno de sus principales allegados, Choe Ryong Hae, con el objetivo expreso de "expandir las relaciones" entre las dos naciones en el 2015, según declaró el propio enviado norcoreano.

El acercamiento de Rusia y Corea del Norte se reactivó tras el regreso de Vladimir Putin a la Presidencia en el 2012 y el perdón en septiembre de ese mismo año del 90 por ciento de la deuda contraída con Moscú por Pyongyang desde hacía décadas.

Moscú intenta aprovechar esta coyuntura para recuperar que el papel preponderante que tuvo en el pasado en la península coreana y ha invitado tanto a Kim Jong Un como a su contraparte surcoreana, Park Geun-Hye, al 7 aniversario de su victoria contra los nazis el próximo año, un periplo quede confirmarse les haría coincidir en un evento de ingente relevancia política.

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