Hoy me he levantado dando un salto mortal

La Voz REDACCIÓN

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Trucos para empezar el día (y octubre) con el pie derecho

01 oct 2014 . Actualizado a las 20:12 h.

1 de octubre: la constatación de que el verano, ahora sí, se ha esfumado. Se han largado todos los que tenían que irse, el curso avanza más que enfilado y la pereza, la de los pies fríos y las sombras a la hora de la merienda, lleva un rato llamando a la puerta. Aunque, enrocados en modo avestruz, no hayamos querido hacerle caso, es justo y necesario que el calendario pase página para arrancarnos de la zona de confort, que dejen de sonar en la radio todas las canciones que hablan de septiembre, que -por Dios- se esfumen del asfalto urbano las camisetas de tirantes de colores neón. Inspiración. Espiración Estamos en otoño señores. Y no es tan malo. Existen un millón de motivos para hacer campaña a favor de la estación de las castañas y las hojas secas. Y otro millón para levantarse cada mañana con ganas de guerra. Dando un salto mortal, que decían los Hombres G. Dispuestos a comernos el mundo. ¿Los trucos? Fáciles:

-Dormir lo que tú necesitas. Hay discursos para escribir enciclopedias sobre este tema. Que si ocho horas de rigor, que si cinco son suficientes siempre que se duerma a pierna suelta sin entorpecer la fase REM, que si lo mejor es roncar hasta que te despierte el sol. Lo primero es identificar las horas de sueño que nos pide el cuerpo, con cuántas nos falta energía, a partir de cuáles estamos más aplatanados que si no hubiésemos pegado ojo ne toda la noche. Y, una vez que tenemos claro que nuestro organismo se repone con, por ejemplo, siete horas, marcar el horario nocturno e intentar cumplirlo en la medida de lo posible. Irnos a la cama siempre a la misma hora. Establecer rutinas. Acomodarnos al nuevo ciclo.

-No retrasar la alarma por la mañana. Ni una y otra vez durante media hora, ni tampoco, siquiera, cinco minutos más. Aunque sea una tortura en el momento, el cuerpo nos lo agradecerá cuando pasen las horas. Está demostrado que esos intervalos fugaces de sueño provocan explosiones de adrenalina que no facilitan nada el esfuerzo de ponerse en pie. Pan para ahora, hambre para dentro de un rato.

-Acabar con la cara de lunes. Y ponerse guapa. Esto, que muchos tacharán de superficial, planteándose cerrar esta página por frívola y predicadora, es la base de un buen día. No se trata de superar el ránking de piropos matutinos al cruzar la calle, tiene más bien que ver con la seguridad en uno mismo. Fortalecer la imagen que todos tenemos de nosotros mismos. Expertos en psicología han repetido una y mil veces la importancia de las emociones en las elecciones. Y una cosa está clara: el color anima, dilata la sonrisa, estimula. Colorease las mejillas en tonalidades fresa y ciruela -Colorete Cheek Fabric Powder Blush Giorgio Armani o Colorete Blush Subtil Lancôme-, pintarse las uñas en azul aguamarina o mandarina o rasgarse los ojos con el eyeliner y conseguir ese efecto pin-up que tanto te gusta -L'Eyeliner Noir Yves Saint Laurent-. O lanzarse a los tonos oscuros en los labios -Barra de labios cremoso SPF12 Le Absolu Rouge Lancôme-. Por ejemplo. (Todos estos productos los puedes encontrarar en El Corte Inglés). En defnitiva, atreverse.

-Lavanda bajo la ducha. Un estudio reciente desvela que este aroma aumenta la producción de ondas beta en el cerebro, es decir, más agilidad mental y más energía.

-Eligir la noche anterior la ropa del día siguiente. Pruébalo. La sensación, al despertar, es completamente distinta.

-Que suene esa canción que tanto te chifla este mes. Y tararearla mientras te vistes, en el coche. Cantarla a todo trapo mientras conduces. Puede ser Supernova de Ray LaMontagne, Gimme Something Good de Ryan Adams o Arena y Sal de Supersubmarina. Por ejemplo. O grandes clásicos que nunca fallan. Despertarse con Help de los Beatles es un órdago a caballo ganador.

-Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo. Pero desayuna. Mucho. Y bien.

-Prescindir de los refrescos azucarados y del café y probar el te. La gran asignatura pendiente. La tierra prometida del bienestar.

-Sal a la calle y que te de la luz del sol, aunque haya poca. Hace que el cerebro libere serotonina. Ayuda al ánimo y mejora la energía.

-Caminar. Lo más posible. Lo antes posible. En la medida de lo posible. Es decir, caminar hasta el trabajo es la mejor opción y, si no puede ser, escoger la alternativa a pie antes que la del coche, la moto o el transporte público. Una caminata rápida o un paseo en bicicleta aumentan notablemente los niveles de energía.

-Procurar reirse más. ¿Sabías que las carcajadas, que mueven exactamente 400 músculos del cuerpo, proporcionan el mismo bienestar que 10 minutos de ejercicio aeróbico o 15 de bicicleta?

-Y una onza de chocolate puro a media tarde. Pregonan que es milagrosa, que renueva la energía, que provoca un subidón de adrenalina. Pasa algo similar con los plátanos, las frambuesas, los frutos secos, las cebolletas y la mostaza.