Millones de personas cada día luchan por la supervivencia en condiciones de peligro, azotadas por la guerra y las enfermedades. Y Médicos Sin Fronteras (MSF) trabaja duro para que puedan seguir adelante con sus vidas a pesar de los horrores del conflicto.

El colectivo inauguró ayer en Málaga la campaña #seguirconvida, que pretende traer a la ciudadanía española todas estas realidades que se viven en los conflictos más desoladores en la actualidad. El elemento principal de la campaña se ubica en la calle Alcazabilla, una exposición de material médico y fotografías de la organización en Siria y Sudán del sur, países en guerra en los que trabajan.

En ella, además, los visitantes podrán hasta el día 30 ser testigos de cómo viven los desplazados su día a día en las peores condiciones de salubridad y seguridad, a través de unas gafas virtuales que trasladan a campos de refugiados, pasos fronterizos y hospitales del éxodo sirio y de Sudán del Sur.

Además de la exposición, la campaña organiza una serie de eventos, como conciertos, mesas redondas, espectáculos o conferencias en diferentes lugares de la ciudad, con entrada libre.

Camen Escalante, delegada de MSF en Andalucía, resalta la importancia que tiene acercar estas situaciones a la población española, para que descubran que «hay una cara, un nombre y una historia detrás de cada persona que sufre un conflicto» y que se pongan, por al menos un momento, en la piel de aquellos que viven una guerra directamente.

MSF trabaja en todos estos lugares en situaciones críticas, independientemente de su repersución en los medios, tal y como recuerda David Noguera, presidente de MSF España. «Hay más países aparte de Siria que necesitan ayuda y nuestra labor se extiende por todos ellos».

Los ataques a hospitales, los cierres fronterizos al material médico y los constantes desplazamientos de población convierten la tarea de ayuda en una actividad peligrosa y difícil. Noguera ejemplifica esto recordando que hace apenas tres días fueron bombardeados dos hospitales en Aleppo. Allí, dos médicos resultaron heridos de gravedad y murió un conductor de ambulancia.

Resalta, además, que en esta misma ciudad siria, golpeada diariamente por bombardeos, la población solo dispone de 35 médicos. De ellos, tan solo 8 están capacitados para realizar las cirugías necesarias en una guerra. Sólo en Siria hay 14 millones de personas que viven una situación de guerra. A nivel mundial existen 65 millones de desplazados.

«El problema de la guerra no son sólo las bombas, hay que recordar que la mayoría de las muertes se dan por patologías generales, por falta de recursos, por escasez de ayudas», afirma Noguero.

«Se trata de una crisis que nos parece muy lejana, pero no, es muy cercana. Una gente que nos parece muy distinta, pero no, somos nosotros», expresó el presidente de MSF, intentando hacer ver la importancia que tiene trasladar estas realidades a los lugares en los que no se tiene conciencia de la magnitud del problema.

«La solidaridad de la sociedad con estos temas es muy grande, pero no se corresponde con la de las administraciones y gobiernos», defendió por último, haciendo hincapié en las promesas incumplidas en Europa sobre la acogida de refugiados y la negación del derecho al exilio.