­El equipo de gobierno de Sant Josep someterá hoy en el pleno la aprobación inicial de la nueva ordenanza municipal, «la primera en la isla», que marca medidas de obligado cumplimiento para el ahorro del agua. El alcalde, Josep Marí Ribas, Agustinet, justificó ayer que dada «la grave» situación del municipio por la falta de agua y la crisis vivida el pasado verano, resulta «imprescindible» la adopción de esta batería de medidas.

La nueva ordenanza obligará a las viviendas y establecimientos hoteleros de nueva construcción, así como aquellas reformas que afecten al menos al 70% de sus canalizaciones de abastecimiento, a contar con un sistema de reaprovechamiento de las aguas grises (baño y duchas).

La normativa marcará, además, cómo tiene que ser la instalación y el color de las tuberías. Las promociones de menos de ocho viviendas tendrán que disponer, además, de un mecanismo de recogida de las aguas pluviales o bien del sobrante del agua de las piscinas, en el caso de que tengan.

En los inmuebles de más de ocho casas serán obligatorios los tres sistemas de reaprovechamiento de agua, al igual que en la planta hotelera.

En todo caso, el concejal de Obras y Agua, Ángel Luis Guerrero, puntualizó que la mayoría de los hoteles ya están adaptados y cuentan con sistemas de reutilización de aguas, tanto de las grises como de los sobrantes de piscina.

La ordenanza también prevé impedir nuevos desarrollos urbanísticos en el caso de que no esté garantizado el suministro «suficiente» de agua, aunque esta es una obligación que ya marca la normativa sectorial como la Comisión de Medio Ambiente del Govern balear, según admitió el alcalde. Del mismo modo, tal como ya establece el Plan Territorial Insular, se incluye la obligación de que las viviendas en suelo rústico cuenten con sistemas de depuración biológicos para la reutilización del agua que se consume.

No hay medidas para las piscinas

En cuanto a las piscinas, la ordenanza no establece ninguna medida concreta, salvo la de aprovechar el sobrante (el agua que se derrama al lanzarse los bañistas) con un sistema para recogerla en un depósito. Guerrero indicó, no obstante, que el reglamento sobre el uso del agua impide llenarlas con agua de la red de abastecimiento.

Otra de las medidas previstas es la obligación de instalar, también en viviendas de nueva construcción, contadores de agua de «telelectura», con conexión a la empresa que gestiona el servicio al objeto de detectar «las zonas donde más se pierde agua». Los inodoros de las casas deberán contar con sistemas de doble descarga.

Asimismo, la ordenanza limita la plantación de césped al 15% de una zona ajardinada de más de mil metros cuadrados en suelo urbano y del 5% en el caso de que sea rústica. Guerrero advirtió de que, en este último caso, «una zona de bosque no es ajardinada»..

Por su parte, el Consistorio se marca un plazo de cinco años para adaptar todas las instalaciones municipales a lo que marca la nueva ordenanza, que también incorporará un listado de plantas autóctonas «recomendadas» (la normativa no puede obligar a que solo se planten estas, según Guerrero) que consumen poca agua para los jardines.

Los servicios municipales emplearán agua reutilizada de las depuradoras para limpiar las calles y se evitará la instalación de fuentes públicas.