Los expertos señalan que las cuentas públicas para 2016 hacen guiños electoralistas, pero permitirán reducir el déficit gracias al aumento del crecimiento y a la rebaja de los intereses de la deuda y el gasto en paro.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue ayer muy escueto en su exposición de las líneas maestras de los Presupuestos Generales del Estado que su Gobierno llevará este martes al Congreso de los Diputados. Con todo, detrás de sus palabras transluce "un mensaje para España y para Europa", en palabras del economista del IESE José Ramón Pin Arboledas. En su opinión, Rajoy traslada a los españoles que la economía va a seguir creciendo, mientras que dice a Bruselas que se van a mantener las obligaciones respecto al déficit.
El Ejecutivo prevé cerrar el próximo ejercicio con un desequilibrio del 2,8% del PIB, algo que puede lograr gracias al crecimiento económico esperado para el próximo año (un 3%) y la rebaja de ciertos gastos, como los subsidios de desempleo o las partidas de intereses de la deuda. Sin embargo, esto podría no ser suficiente, en el caso de que el crecimiento económico se frene, debido a que el gobierno también ha aumentado distintas partidas de gasto, como los salarios de los funcionarios o las inversiones.
Con todo, Salvador Jiménez, especialista en Finanzas Públicas de Analistas Financieros Internacionales, señala que esas cifras pueden ser engañosas porque "paralelamente al aumento del gasto en inversión y en I+D se reducen las transferencias corrientes, por lo que podría haber menos fondos destinados a esta área, en conjunto".
Electoralismo
Los aumentos de gasto en áreas muy sensibles a la opinión pública hacen pensar que se trata de unos presupuestos "electoralistas", como señalan buena parte de los expertos. De hecho, algunos de ellos van más allá y reclaman hacer un ajuste adicional en el déficit, debido a que podría haber un incumplimiento ya en 2015. El subdirector de la Fundación de Estadudios de Economía Aplicada, José Ignacio Conde-Ruiz, señala que "en el primer trimestre se ha reducido el déficit un 0,15% del PIB, pero para cumplir con el objetivo habría que bajarlo diez veces más".
La opinión de los expertos
Daniel Lacalle, economista y autor de 'Nosotros los mercados'. El economista, Daniel Lacalle, explica que los presupuestos están "orientados al crecimiento económico gracias a la moderación del déficit público", por lo que "habrá menores costes de deuda". Por otra parte, apunta que "la reducción del paro es una buena noticia", y que en el 2016 se producirá un "superávit primario al que hay que darle importancia".
José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de Fedea. "Si no hubiera elecciones, estos no serían los Presupuestos", afirma José Ignacio Conde Ruiz, subdirector de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea). "Se trabajarían otras partidas de gasto y el ajuste del déficit se lograría con una menor ejecución a final de año", explica. El experto indica que "no se va a cumplir el déficit".
José García Montalvo, economista y profesor de la UPF. El profesor de la Pompeu Fabra José Gacía Montalvo señala que los Presupuestos "son electoralistas", aunque "no más que los de otros años y no menos que los de otros países". Aunque muestran "unos signos muy correctos" para el crecimiento económico, "será complicado", que se cumplan, porque las previsiones apuntan a una desaceleración.
Rafael Pampillón, profesor del Instituto de Empresa. "Si el Gobierno no tiene claro que el déficit público es un objetivo vital y no lanza un mensaje a los mercados, estamos perdidos", expresa Rafael Pampillón, profesor del Instituto de Empresa. Pampillón indica que "no se va a cumplir con el déficit del 4,2% en 2015, y que para 2016 no se puede aumentar el gasto público si no suben los ingresos".
Pedro Schwartz, profesor de la Universidad San Pablo CEU. Según el economista Pedro Schwartz, los Presupuestos "han levantado el pie del freno del gasto público por miedo", ya que están "sometidos al ciclo político" al situarse antes de unas elecciones. El profesor apunta que es un "error pensar que la austeridad es contraria al crecimiento", ya que "recortar el gasto público no reduce el PIB, sino que lo aumenta".
José Ramón Pin Arboledas, economista y profesor del IESE. José Ramón Pin Arboledas, profesor del IESE, comenta que las previsiones de crecimiento apara el año 2016 "son prudentes", ya que "España crecerá por encima del 3% previsto por el Gobierno". Por ello, si en el año próximo hay un "gobierno estable" y no hay "cambios en las políticas internacionales", el déficit será "menor de lo previsto".
Salvador Jiménez, de Analistas Financieros Internacionales. "Los presupuestos no son ambiciosos, porque el objetivo de déficit para el Estado es asumible, el problema son el resto de las Administraciones" apunta Salvador Jiménez, de Analistas Financieros Internacionales. Jiménez se refiere al "amplio desfase de las CCAA y a la Seguridad Social, ya que apenas hay más ingresos pese al aumento del empleo".
Michele Boldrin, profesor de la Universidad de Washington. "No es malo recuperar los sueldos de los funcionarios, porque muchos de los mejores han dejado el país, el problema es que se haga de forma lineal; es electoralista", señala Michele Boldrin, profesor de la Universidad de Washington, que añade que se ha perdido la oportunidad de "redefinir el modelo de Estado, y parece que las reformas se dan por acabadas".
Almudena Semur, cordinadora del Servicio de Estudios del IEE. Almudena Semur, cordinadora del Servicio de Estudios del Instituto de Estudios Económicos, pide ser "muy cuidadosos con los mensajes populistas que recibe la sociedad, porque todavía serán necesarios esfuerzos adicionales de consolidación fiscal". Y eso, "a pesar de que hay un cojín por la rebaja del gasto en intereses y en desempleo".
Juan Rosell, presidente de la CEOE. La CEOE afirma en un comunicado que los PGE dejan "escaso margen" para aumentar la dotación de las partidas de la actividad empresarial, como "el gasto para el I+D y para la inversión internacional". La entidad que preside Juan Rosell reivindica que se prioricen "todas aquellas políticas" que "contribuyen a una economía más competitiva".