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Reestructuración financiera

Los nuevos dueños de Abengoa fulminan a la cúpula pero dejan al consejero delegado

Joaquín Fernández de Piérola mantendrá su puesto de consejero delegado

Joaquín Fernández de Piérola, consejero delegado de Abengoa.
Joaquín Fernández de Piérola, consejero delegado de Abengoa.

La reestructuración está lista. Fuentes conocedoras de la situación de Abengoa dan por hecho que dueños del 75% de la deuda financiera del grupo, por unos 9.000 millones de euros, darán su plácet al plan de viabilidad. La empresa tiene tiempo hasta el 26 de octubre incluido y después lo homologará judicialmente; a más tardar, el día 28 del próximo mes. Convocará, además, para mediados de noviembre una junta extraordinaria de accionistas.

La limpieza que diseñan los bancos de la cúpula de la compañía es prácticamente total. No quedará ni uno solo de sus consejeros, que pasarán a ser independientes, y se reducirá su número, que ahora asciende a 10 personas.

Antonio Fornieles, que asumió la presidencia el 1 de marzo –después de luchas internas entre bancos, bonistas y los ya expresidentes Felipe Benjumea y José Domínguez Abascal– dejará el cargo.

Gonzalo Urquijo, actual presidente de ArcelorMittal España y asesor del consejo de Abengoa en la reestructuración, es el mejor posicionado para asumir la presidencia. El consejero delegado, Joaquín Fernández de Piérola, mantendrá su cargo, pero fuera del consejo. En realidad, será el director general y hombre fuerte de los nuevos accionistas. De entrada, los 10 hedge funds –Abrams Capital, The Baupost, Canyon, Centerbridge, D.E. Shaw, Elliott, Hayfin, KKR, Oaktree y Värde– aportarán hasta 839 millones de euros y se quedarán con un 26,6%. Santander, CaixaBank, Bankia, Popular y Crédit Agricole tendrán en un principio entre el 23,4% y el 28,4%, en función de si se utilizan 30 millones de euros de una eventual inyección adicional.

Pero está por ver cómo se capitalizan los alrededor de 9.000 millones de euros en deuda antigua que se transformarán en un máximo de 2.700 millones. El resto se canjeará por capital, a razón de un 40% del nominal.

Los propietarios son alrededor de un centenar de bancos y también hedge funds, entre ellos algunos de los que están dispuestos a inyectar el dinero nuevo. De los 1.170 millones, 661 millones serán para refinanciar el inyectado desde septiembre del año pasado y otros 509 millones son efectivo de nuevo cuño.

Los bancos aportarán avales por 307 millones de euros que servirán para un máximo de nueve meses. Como publicó CincoDías el pasado 6 de agosto, está previsto que la agencia de crédito para la exportación Cesce, participada en más de un 50% por el Estado, apoye el rescate para que parte de los avales que emitan los bancos cuenten con su garantía. El Instituto de Crédito Oficial (ICO) también se dispone a participar. Eso sí, ambos organismos necesitan el visto bueno del Gobierno, proclive a dárselo.

La nueva cúpula disfrutará de un plan de incentivos con el objetivo de que se paguen las nuevas líneas de crédito. El importe del bonus está por definir y se podrá entregar en acciones, en efectivo o a través de una mezcla de ambos.

Para hacer frente a la deuda nueva, Abengoa cuenta con dos grandes activos que venderá a medio plazo. Primero, el 41,5% de las acciones de Atlantica Yield, valorado en unos 700 millones de euros. Y, segundo, una central de cogeneración en México tasada entre 700 y 900 millones y cuya finalización está prevista para el tercer trimestre de 2017.

A finales de esta semana, cuando presente sus cuentas hasta junio, se verá una importante caída de la actividad. La empresa comenzará a ver la luz al final del túnel en 2018 y 2019, para cuando espera un beneficio bruto de explotación (ebitda) de 187 y 271 millones de euros, respectivamente. Los Benjumea, con un 12,6% de las acciones totales, se quedarán con menos del 3%.Los 50.000 minoritarios mantendrán poco más del 2%. El objetivo es unificar las acciones A y B, como publicó este periódico el pasado 9 de marzo. Si Abengoa paga en tiempo y forma todas sus deudas, los actuales accionistas doblarán su participación.

La plantilla pasa en un año de 26.000 a 17.000

Una de las caras más visibles de la reestructuración del grupo Abengoa ha sido la reducción de su plantilla. El grupo tenía a finales de 2015 un total de 26.000 trabajadores –de los que unos 7.000 estaban en España–, cifra que se ha reducido hasta los 17.000 que tiene en la actualidad, según reconocen fuentes conocedoras.

Un recorte que se explica por los ajustes de plantilla puestos en marcha en algunas de sus filiales, la venta de divisiones y la desconsolidación de otras.

Así, en los últimos meses filiales como Inabensa o Abeinsa han puesto en marcha expedientes de regulación de empleo, algunos de ellos temporales, que se han saldado con salidas de trabajadores en España. En otras filiales se han producido además bajas voluntarias.

En el caso de su filial estrella, la cotizada Atlantica Yield, el grupo sevillano ha reducido su participación hasta el 41,5%, lo que ha permitido desconsolidarla de las cuentas del grupo, tanto a nivel de resultados como de plantilla. Mientras que la venta de Abentel a Ericsson ha supuesto el traspaso de 500 trabajadores al grupo sueco.

Fuentes cercanas a la compañía reconocen que a pesar de lo abultado de las cifras no se han producido fugas relevantes en el equipo directivo, que ha apostado por mantenerse en el grupo.

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