Pablo Carreño logró la pasada temporada asentarse en la élite del tenis. Acabó el año como la décima mejor raqueta del mundo, el segundo mejor español tras Rafael Nadal. Este gijonés de 26 años es uno de los padrinos de la exposición "Asturias, paraíso del deporte", iniciativa promovida por la facultad Padre Ossó, adscrita a la Universidad de Oviedo. La raqueta y el polo con los que ganó su primer torneo ATP (Winston-Salem Open) forman parte desde ayer de la muestra, instalada en el campus de Mieres. Carreño en persona colocó la camiseta en el maniquí en el que se exhibirá: "No le entra, está más fuerte que yo", señaló entre bromas. En el mundo del tenis pocos están más en forma que el semifinalista del último US Open.

Carreño no había pisado Asturias desde que a finales del pasado año arrancó el circuito internacional de tenis: "Intento mantener los amigos dentro de las posibilidades, ya que es importante desconectar y hablar de otros temas". En el circuito cuenta entre su amigos con Rafael Nadal, que ayer ganó su undécimo Roland Garros: " El año pasado me tocó jugar contra él en cuartos, pero tuve la mala suerte de lesionarme. Es un jugador increíble, el mejor del mundo en tierra". Para Carreño el tenista de Manacor es más que un rival: "Lo conozco bien. Hemos estado juntos en Copa Davis. Yo diría que dentro de la pista no es humano, pero fuera es un persona normal y corriente con la que comparto muchas aficiones".