Maradona, el excelente futbolista y execrable personaje que acaba de entrar en el panteón de dioses de Argentina, con Evita y Carlos Gardel, que era más bien uruguayo, dejó prueba gráfica de su amistad con capos del narcotráfico y la camorra napolitana, así como con genocidas como Fidel Castro, Chávez y Maduro. Lo que muchos no sabían es que cuando pasó una temporada engañando al Sevilla, se hizo devoto de Isabel Pantoja. E, intentó, aunque no consiguió, tener un "vis a vis" en la cárcel con la
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