Nuevo conflicto laboral a la vista. Los delegados sindicales de Ovo Foods S. A., planta dedicada a la producción y comercialización de huevos y ovoproductos en el polígono industrial de Baíña (Mieres), han convocado una huelga de 48 horas a partir de mañana. Se trata de la única "solución" que ven para una difícil situación que "se ha alargado demasiado en el tiempo". Denuncian "incumplimientos flagrantes" del convenio colectivo, firmado en el año 2015, y "una represión brutal" que ha afectado ya a varios trabajadores.

La planta de Ovo Foods S. A. cuenta con 45 operarios en la factoría. La plantilla se completa con los trabajadores de otras áreas, como los departamentos comercial y administrativo, aunque en su mayoría no dependen directamente de Ovo Foods. También hay un alto porcentaje de empleados temporales y procedentes de Empresas de Trabajo Temporal.

La planta empezó a funcionar en el año 2010, con una importante inyección económica de los fondos mineros (se presentó con una inversión de 18,5 millones de euros y la creación de cuarenta empleos). Durante cerca de un lustro, los derechos de la plantilla se guiaban por el Estatuto de los Trabajadores. "La situación era insostenible", afirmaron ayer fuentes sindicales. Por eso, iniciaron una larga negociación que finalizó con la firma de un convenio colectivo en 2015.

A día de hoy, "no se están cumpliendo la mayoría de los puntos recogidos en el acuerdo". Si bien hubo una subida salarial y se pagaron los atrasos de dos años, reconocen los delegados sindicales, otros aspectos del acuerdo están "totalmente desatendidos". Es el caso de la estipulación de las jornadas laborales y el calendario. También hay "un incumplimiento en lo relativo al exceso de jornada", añadieron, además de "jugar continuamente con las categorías". Destacaron que han mantenido una serie de reuniones con los responsables de la empresa para hacerles llegar sus reivindicaciones. Pero, por el momento, "no hemos alcanzado un acuerdo favorable".

Lejos de eso, apuntaron, en los últimos meses "estamos viviendo una situación de represión". Según su versión, "varios compañeros han recibido apercibimientos, se han dictado sanciones leves y graves para los que hablan claro". El caso más grave fue la suspensión de empleo y sueldo, durante cinco días, para un trabajador. "No podemos continuar así, nos sentimos amenazados continuamente", clamaron.

Las movilizaciones empezarán mañana, jueves. Se ha convocado un paro de 48 horas que comenzará con la entrada del primer turno. Habrá piquetes informativos a la puerta de la factoría del polígono de Baíña. Avisan de que las protestas no cesarán hasta que "la empresa de un paso al frente, y se siente a negociar".