Una máquina de coser regalo de Reyes. Un uso improvisado: material de ayuda para los sanitarios. La madrileña Sandra Castillo Cano, en pleno duelo por la pérdida reciente de su hermana, que trabajaba en un hospital, libra una nueva batalla, otra más, porque ya lidera la lucha mundial contra la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), enfermedad que padece su marido, Charlie Lúa.

Junto a Adela, su madre, aquejada de esclerosis múltiple, otra de sus luchas, Sandra cose. Por la vida. Ambas, valiéndose de sus manos, ayudan en esta crisis sanitaria causada por un patógeno, el Covid-19.

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Sábanas, telas, retales, aguja e hilo. Lo que encuentra "por casa" es suficiente para esta mujer. No puede salir a comprar, por el confinamiento, pero en un domicilio hay "muchos ingredientes", dice, guardados en la zona alta y a veces olvidada de todo armario.

El 15 de marzo se enteró de que algunos hospitales carecían de material. Y se decidió, dos días antes de que operasen a su esposo. Nunca se había decantado por la costura, pero tenía el gusanillo. Por eso su madre y su hermana la habían obsequiado con ese presente.

"Yo no tenía ni idea de coser, pero quería una máquina para empezar", cuenta a Efe Sandra, enternecida con que Adela, a sus 65 años, pueda secundar tal hazaña, una tarea para la cual sus manos le responden, a pesar de padecer la dolencia "de las mil caras", la que, por ejemplo, le impide escribir.

Sandra, activista muy conocida en Galicia y en el resto de comunidades autónomas, donde existen embajadores de su Lucha Mundial contra la ELA, al igual que en países de medio mundo, quería aprender directamente de su progenitora. Pero no ha podido ser porque ambas están cumpliendo el encierro en domicilios distintos.

Así que Sandra Castillo aprendió la técnica "con tutoriales de Youtube". En el Hospital Virgen del Mar, donde estaba empleada Patricia, necesitaban mascarillas. Sin duda, ese era "el momento de empezar".

"Siempre han dado todo por nosotros, siempre nos han estado cuidando y es el momento de hacer algo ahora por ellos", opina.

"Yo hago unas diez al día, -detalla-. Mi madre hace más". En el Carlos III, donde atienden a su compañero, la avisarán cuando les hagan falta. "Y si pudiéramos hacer más o si más gente se uniera, sería para todos los hospitales, residencias o para cualquier sitio que las precisase", subraya Sandra Castillo.

"Obviamente sabemos que no son la mejor opción. Nuestros sanitarios necesitan material de verdad, no esto. Pero cuando ves que están arriesgando su vida y las de sus familiares por salvar las nuestras, haces lo que sea", abunda, con marcado espíritu altruista.

Sandra, y Carlos, o Charlie, que es procurador de los tribunales, se dedican también a la música. "Ángeles" es el tema que podría ser la banda sonora del presente. Lo crearon para el tercer álbum de su grupo "La Última Apuesta". "Está dedicado a sanitarios, policías, bomberos... A toda la gente que cuida de nosotros todos los días", y Sandra la ha recuperado ahora que "la humanidad se ha dado cuenta de lo necesarios que son". Suena a himno.

"Príncipes del cielo, tierra y mar, propietarios de la humildad. ¿Cuándo os podré devolver tanta generosidad?", corea la vocalista en el estribillo de esta canción del año 2018. Hoy, ya tiene respuesta.

Con hilo y aguja en mano, este 1 de abril, Sandra, que está de aniversario, ha hecho 40 años, sigue bregando, como puede, contra la adversidad. Han pasado nueve largos meses desde que iniciase la lucha mundial contra la "mortal y agonizante" ELA.

"Esta enfermedad también afecta al sistema respiratorio. Si un enfermo de ELA se contagiase de coronavirus, lo más probable es que no consiguiese superarlo", afirma entristecida.

Para dar aliento de alguna manera a los que padecen esta patología neurodegenerativa, Sandra comparte en redes sociales pequeñas piezas audiovisuales que forman parte de un proyecto que había impulsado con Patricia liderando, en el que varios famosos dan respaldo a esta pelea.

Y asegura Sandra: "No es demasiado, pero ayuda a que estos pacientes sientan que por lo menos no están tan olvidados ni abandonados, que ahí seguimos y que tienen el apoyo de la gente".

La tienda de complementos de la que viven en casa de Sandra Castillo ha echado el cierre, como toda actividad no imprescindible. Una situación difícil para ella, que es autónoma y que tiene que seguir pagando el alquiler, además de a los proveedores pendientes, y adquiriendo lo esencial para vivir. Todo ha de hacer sin ingresar.

Hace menos de un año Sandra perdió a su padre. Demasiados golpes. Sus fuerzas, confiesa, las saca de su añorada mitad, de Patricia.

"Ella ha estado dedicada a ayudar a los demás. Yo tengo que aprender mucho de ella y no puedo defraudarla. Quiero que esté orgullosa, así que todas mis fuerzas siempre las saco por y de ella", relata, antes de espetar: "Siempre la llevaré como bandera".

Es ese afán por el que Sandra entonó anoche un maravilloso "Resistiré", que acompañó después de un vídeo con rostros humanos.

"Hoy he vuelto a cantar. Prometí que nunca más lo haría, pero después del golpe duro que me ha dado la vida arrebatándome a mi hermana, he roto algunas promesas". Salió por ella, a la que muestra en ese audiovisual; por los sanitarios y, cómo no, por los enfermos de ELA y sus parientes.