Pekín, 19 feb (EFE).- El templo de Jokhang, situado en el centro de Lhasa y considerado uno de los más sagrados del budismo tibetano, ha retomado su actividad habitual tras el incendio sufrido el sábado, que no causó víctimas, informó hoy la agencia oficial china Xinhua.

La calle Barkhor, que rodea el recinto y cada día es recorrida por cientos de peregrinos, quedó reabierta el domingo, de acuerdo con el medio estatal, el cual señaló que apenas se veían restos del incendio, a excepción de marcas dejadas por el agua en la principal sala del templo.

Una foto del incendio tomada por un testigo muestra el tejado principal del Jokhang envuelto en llamas, por lo que existe el temor de que los daños sean más graves que los que han trascendido a través de la escasa información de los medios del régimen comunista.

La información sobre el Tíbet, región cuyo acceso está prácticamente prohibido a la prensa extranjera, está fuertemente censurada, y aún no se ha precisado el origen del incendio.

El templo ha cerrado sus puertas desde hoy lunes hasta el jueves 22 de febrero, algo que según sus responsables ya estaba previsto antes del siniestro y se debe a las festividades por el Año Nuevo tibetano.

El templo de Jokhang, con más de 1.300 años de historia y en el que vive una comunidad de monjes, es uno de los más venerados por el budismo tibetano y recibe cada día miles de peregrinos.

Según Xinhua, muchos peregrinos tibetanos lloraron de alivio al conocer que la imagen más preciada del templo, una que retrata al buda Sakyamuni cuando tenía 12 años, no había sufrido daños por el fuego, que se declaró hacia las 18:40 hora local del sábado (10:40 GMT) y fue apagado poco después. EFE