- ¿A qué campos de la neurología se dedica de forma prioritaria?

-Como jefe de sección de Neurología del Complejo Hospitalario Universitario de Ferrol, hago asistencia clínica a pacientes con todo tipo de patología neurológica: demencias, ictus, cefaleas, enfermedad de Parkinson, epilepsia... Tanto en hospitalización como en consulta ambulatoria. Pero desde hace aproximadamente diez años mi dedicación específica se centra en las enfermedades desmielinizantes, fundamentalmente en la esclerosis múltiple.

-A las enfermedades desmielinizantes va a dedicarse en los próximos tiempos de forma prioritaria desde la Sociedad Española de Neurología.

-Desde el grupo de estudio del que voy a ser coordinador nacional los dos próximos años queremos realizar intervenciones clínicas, docentes y de investigación. También pretendemos acercar estas enfermedades a la población general y a nuestros neurólogos jóvenes, que son el recambio futuro de nuestra especialidad.

-¿Hay mucho que transmitir a los jóvenes en este ámbito?

-Los neurólogos jóvenes han de conocer los tremendos cambios que ha experimentado el abordaje diagnóstico y, sobre todo, terapéutico de estas enfermedades. El paradigma es la esclerosis múltiple en los últimos 25 años: estamos asistiendo a una auténtica revolución. También hemos de transmitirles la extensa labor investigadora que está en marcha, y que esperamos que se transforme en hechos reales en los próximos años.

-¿Cómo ha visto evolucionar la especialidad de forma global?

-La neurología es una de las especialidades médicas en las que más avances se han producido en los últimos tiempos, tanto en los aspectos diagnósticos como en los terapéuticos. Por eso al periodo 1990-2000 se le llamó "la década del cerebro".

-¿En qué patologías ha habido más avances?

-En muchas. El manejo diagnóstico y terapéutico precoz del ictus, mediante la puesta en funcionamiento del código ictus, ha supuesto un cambio radical en el abordaje de esta patología. También las últimas novedades terapéuticas surgidas en el tratamiento de la migraña, de la esclerosis múltiple, de la epilepsia y de la enfermedad de Parkinson han permitido mejorar de manera significativa la calidad de vida de los pacientes afectados por estas patologías y, obviamente, las de sus cuidadores principales. En el ámbito de las demencias, desgraciadamente, esto no ha sido así, y estamos esperanzados en la aparición de nuevos fármacos que nos permitan un mejor control de esta auténtica epidemia que constituye el deterioro cognitivo en nuestra envejecida sociedad.

-¿En cuáles se prevén progresos significativos a corto plazo?

-En este momento están en marcha múltiples ensayos clínicos con diferentes moléculas en la mayoría de los campos de la neurología que he señalado anteriormente. Esperamos, como he dicho, que algunos de ellos obtengan resultados positivos que permitan su aplicación a aquellas patologías que, por su frecuencia o sus implicaciones clínicas, se encuentran más carentes de tratamientos eficaces. Hablo, por ejemplo, de las demencias y otras enfermedades neurodegenerativas.

-Usted ha trabajado de forma intensa sobre la migraña. ¿Qué se puede decir a los pacientes que sufren esta enfermedad?

-La migraña, junto con la cefalea tensional, son los tipos de dolor de cabeza que más frecuentemente afectan a la población. Su repercusión es muy elevada porque merma de manera muy significativa la calidad de vida del paciente, tanto en sus aspectos personales como en sus hábitos de ocio, relaciones sociales y familiares, y en su actividad profesional. Muchos de estos pacientes, cuando no disponen de un tratamiento eficaz que les permita controlar adecuadamente sus episodios de migraña, dejan de acudir a su trabajo, y esto supone una pérdida de jornadas laborales que se traduce en un elevado gasto económico en los países occidentales. El paciente no debe automedicarse bajo ningún concepto porque la automedicación es la causa principal de que la migraña se cronifique y, posteriormente, sea mucho más difícil de manejar por parte de los médicos de Atención Primaria y de los neurólogos.

-¿Cuál es su recomendación a los enfermos?

-Que siempre acudan al médico para que se les realicen los estudios diagnósticos oportunos y se les indiquen los tratamientos más adecuados para cada paciente.

-¿Qué aporta a un médico dedicar parte de su jornada a actividades de investigación?

-Nuestra profesión no puede entenderse únicamente como asistencial. Tiene que ser contemplada como un conjunto. Está, por un lado, la labor clínica, en contacto con el paciente y su entorno. Luego, la docente, es decir, educar para la salud a la población y transmitir los conocimientos que hemos adquirido a los alumnos de pregrado de las facultades de Medicina, a los de otras disciplinas afines: enfermería, biología, farmacia, fisioterapia..., y a los de posgrado que están haciendo sus respectivas especialidades o sus tesis doctorales. Y, por último, la faceta investigadora, como base del progreso y el desarrollo científico del que todos deberíamos de ser partícipes. A mi juicio, esta labor investigadora es el complemento perfecto para una actividad clínica y docente que persiga la excelencia.