Camerún

Escaleras “diabólicas”: Los clientes de un centro comercial, por los suelos

La nueva tecnología hizo que varias decenas de clientes acabaran por los suelos el día de su inauguración

El estreno de un centro comercial siempre genera expectación entre los habitantes de la zona, pero lo que no es habitual es que muchos de ellos acaben por los suelos cuando entrar a visitar las instalaciones. Es lo que ha ocurrido en la inauguración de un centro comercial en Camerún, donde las imágenes puede parecer muy divertidas para un occidental pero que en realidad muestran las grandes diferencias entre los países desarrollados y el resto.

A primera hora de la mañana del pasado sábado, varios centenares de clientes se aglomeraban a las puertas del Carrefour, un centro comercial moderno al que no están acostumbrados. En la parte central, la mayor novedad de todas. Unas escaleras mecánicas. Una tecnología para poder desplazarse más rápido entre plantas pero que para muchos era una maquinaria diabólica.

Esta tecnología que en el primer mundo es cotidiana y en la que no se producen grandes incidentes, en los países menos desarrollados genera temor, inseguridad y algún moratón que otro. Como era de esperar, las imágenes se han vuelto virales porque algunas escenas resultan cómicas. Muchos no se atrevían a subirse y preferían ver cómo lo hacían los demás antes de probar en primera persona. Clientes agarrados al pasamanos e inclinados para no caerse, otros que acaban por los suelos por lo dar el pasito final al llegar a lo alto de la escalera, personas que por la inercia son incapaces de mantener el equilibrio y tienen que ser ayudadas a recuperar la compostura. Otros tratan de utilizarlas escaleras de subida para bajar y cuando se dan cuenta de que no pueden se dejan llevar hasta el punto de origen, y cómo no, también acaban por los suelos.

De hecho, los responsables del centro comercial de la cadena francesa de supermercados preveían que algo así podía ocurrir y entrenaron durante semanas a los guardias de seguridad para que ayudaran a los clientes para que no sufrieran lesiones, no se cayeran o simplemente supieran reaccionar si se quedaban paralizados ante la extraña sensación que les agarrotaba durante su uso.

La conclusión es que el primer día muchos acabaron por los suelos, subiendo andando o sentados en las escaleras mecánicas y otros muchos por los suelos. Según el centro comercial, después de varios días, el balance es que se producen unas 20 caídas diarias.