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Agentes de la Patrulla Fronteriza, y no oficiales de asilo, están entrevistando a las familias para determinar el ‘temor creíble’

ARCHIVO - En esta fotografía de archivo del 23 de junio de 2018, un agente de la Patrulla Fronteriza camina entre vehículos afuera del Centro Principal de Procesamiento en McAllen, Texas. (AP Foto/David J. Phillip, Archivo)
David J. Phillip/AP
ARCHIVO – En esta fotografía de archivo del 23 de junio de 2018, un agente de la Patrulla Fronteriza camina entre vehículos afuera del Centro Principal de Procesamiento en McAllen, Texas. (AP Foto/David J. Phillip, Archivo)
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WASHINGTON — Los agentes de la Patrulla Fronteriza están comenzando a evaluar a las familias migrantes por “temor creíble”, en lugar de los oficiales de asilo altamente capacitados que usualmente eran los encargados ??de determinar si los peticionarios califican para recibir protección de EEUU.

Los primeros agentes de la Patrulla Fronteriza llegaron la semana pasada para comenzar su instrucción en el South Texas Family Residential Center, en Dilley, el centro de detención familiar para inmigrantes más grande del país, según los abogados que trabajan allí y varios empleados de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU.

La medida amplía el impulso de la administración Trump para que los agentes de la Patrulla Fronteriza realicen las entrevistas que marcan el primer paso en el largo proceso de asilo. Los agentes de la Patrulla Fronteriza comenzaron a entrenarse para realizar estas entrevistas a fines de abril, pero recién ahora comienzan a desplegarse en centros de detención familiar.

Como resultado, los agentes de la Patrulla Fronteriza (personal de las fuerzas del orden, que detienen a las familias migrantes en la frontera) también tendrán autoridad para decidir si esas familias sufren un “temor creíble” de ser perseguidos en sus países de origen.

Aduanas y Protección Fronteriza ha proporcionado pocos detalles sobre la capacitación y no ha reconocido públicamente si los agentes arrojaron tasas de aprobación significativamente más bajas que los oficiales federales de asilo, pero las comunicaciones internas y otros documentos oficiales obtenidos por The Times indican problemas tempranos con el programa.

El personal de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración habló en condición de anonimato por temor a represalias. Ni la agencia ni Aduanas y Protección Fronteriza, la entidad matriz de la Patrulla Fronteriza, respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios antes de la fecha límite.

Los agentes en Dilley no visten los famosos uniformes verde oliva de la Patrulla Fronteriza y se identifican ante las familias y niños migrantes como agentes de asilo, indicó Shay Fluharty, abogada del Dilley Pro Bono Project, quien participó en entrevistas realizadas por este personal.

“Ello crea una tensión significativa para nuestros clientes, no sólo porque no están preparados ni entrenados”, explicó Fluharty a The Times. “Entendemos que la intención es limitar significativamente a los oficiales de asilo que conducen estas entrevistas, y hacer que la Patrulla Fronteriza las realice principalmente”.

El objetivo final de la administración Trump con el programa de capacitación de la Patrulla Fronteriza es que resulte más difícil para los migrantes obtener el beneficio inmigratorio, afirman los oficiales de asilo, oficiales y abogados, porque los funcionarios de la Casa Blanca creen que los agentes serán más reacios y menos propensos a aprobar a los solicitantes. Por el contrario, los oficiales de asilo trabajan para los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, la agencia de Seguridad Nacional que administra el sistema legal de inmigración y beneficios.

Según las regulaciones de Seguridad Nacional, la entrevista de temor creíble debe llevarse a cabo de una manera “no contenciosa”.

Michael Knowles, representante especial del sindicato federal de oficiales de asilo, consideró que muchos miembros están preocupados por el uso del personal de las fuerzas del orden público para entrevistas cruciales con personas que buscan refugio. Ni el sindicato ni sus oficiales recibieron notificación oficial o explicación del cambio, afirmó Knowles.

“No pretendo denigrar el papel adecuado y legítimo de la Patrulla Fronteriza, pero es diferente”, agregó Knowles. “No están entrenados y orientados hacia la protección de refugiados, como tampoco yo estoy entrenado para buscar pistas en el desierto y perseguir a las personas”.

Brandon Judd, presidente del sindicato del Consejo Nacional de la Patrulla Fronteriza, confirmó que los agentes están recibiendo capacitación, en la que realizan entrevistas de temor creíble a grupos familiares. Sin embargo, rechazó la idea de que los agentes de la Patrulla Fronteriza serán “más duros” con los solicitantes de asilo.

“Personalmente, he tenido conversaciones con el presidente Trump y Stephen Miller”, indicó Judd. “Siempre entendí que la razón para que los agentes de la Patrulla Fronteriza hagan las entrevistas de miedo creíble es para garantizar que el proceso de asilo comience lo antes posible… El discurso que se está pintando aquí, de que los agentes de la Patrulla Fronteriza deportarán a más personas, no tiene sentido”.

De acuerdo con un cronograma de capacitación de Aduanas y Protección Fronteriza obtenido por The Times, 10 agentes de la Patrulla Fronteriza del sector El Centro, en California, comenzaron a instruirse para realizar entrevistas de temor creíble en abril. Para agosto, un total de 60 agentes debían conducir sus primeras entrevistas en persona. Un nuevo grupo comenzó a entrenarse a principios de septiembre, según el personal de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración.

Todos los agentes son “empleados sin capacidad de negociar”, lo cual significa que no son miembros de un sindicato.

La línea de tiempo marca tres veces que “se requerirá capacitación adicional” si el papel de la Patrulla Fronteriza en las entrevistas de asilo se expande a los grupos familiares. Los funcionarios de Seguridad Nacional también aseguraron al personal del Congreso, en agosto pasado, que la Patrulla Fronteriza no cubriría las unidades familiares debido a ese requisito, señaló un asistente del comité de Seguridad Nacional y Asuntos Gubernamentales del Senado a The Times. Los funcionarios del departamento no informaron al comité que desplegarían agentes en los centros de detención familiar.

No está claro si el personal enviado al centro de detención en Dilley recibió capacitación adicional, o si los oficiales de asilo de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración permanecerán allí después de instruir a los agentes. Varios de ellos ya han sido reasignados.

Según registros separados obtenidos por The Times, hasta el mes pasado, los agentes de la Patrulla Fronteriza habían completado 178 indagatorias de temor creíble con solicitantes de asilo provenientes de más de 15 países, todos los cuales eran adultos solteros. Según determinaron, el 54% cumplía con el estándar de miedo creíble y el 35% no. Los agentes cerraron el 11% de los casos sin una decisión.

Si bien los agentes recién entrenados de la Patrulla Fronteriza aún deben completar muchas evaluaciones, la tasa de aprobación es mucho más baja que la típica para las entrevistas iniciales. El Congreso estableció deliberadamente un estándar bajo para el “temor creíble” con el fin de garantizar que el gobierno de Estados Unidos no hiciera regresar a las personas a un daño potencial, y aproximadamente el 80% de los solicitantes de asilo pasan esa primera entrevista.

En última instancia, sólo uno de cada cinco peticionarios de asilo gana su caso, según el Departamento de Justicia. El gobierno de Trump cita esa disparidad para argumentar que la mayoría de los solicitantes tienen casos fraudulentos, y el presidente con frecuencia desprecia el beneficio, al cual caracteriza como un “engaño”. También se ha lamentado de que la Patrulla Fronteriza y el personal militar no puedan ser “duros” con los migrantes.

Los defensores argumentan que la disparidad sólo muestra cuán difícil es ganar el derecho a permanecer en Estados Unidos. Con más de un millón de casos acumulados, una decisión final podría tomar años.

La división de asilo de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración ha enfrentado una fuerte presión de la Casa Blanca y de Ken Cuccinelli, quien fue nombrado director interino de la agencia en junio. John L. Lafferty, jefe de ese sector durante seis años, recientemente fue reasignado a un centro de servicio y Andrew Davidson, quien supervisaba la detección de fraude, lo reemplazó de manera interina.

Lafferty comentó con franqueza que su directorio se vio obligado a implementar cambios drásticos en la política de inmigración de EE.UU con poca o ninguna notificación previa, o consulta. Knowles, el representante sindical, calificó la reasignación de Lafferty como “exilio diplomático”.

Todas las decisiones tomadas hasta ahora por los agentes de la Patrulla Fronteriza en la etapa de “miedo creíble” han sido revisadas por un oficial de supervisión de asilo antes de su emisión, según los registros obtenidos por The Times.

Pero a los críticos del programa de capacitación les preocupa que la administración lo utilice para sortear los requisitos de que los oficiales de asilo y supervisores tengan una capacitación especial y amplia experiencia; los agentes de la Patrulla Fronteriza -comparativamente menos experimentados y menos capacitados- se controlarían a sí mismos en lugar de que sus decisiones sean revisadas por un oficial supervisor de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración.

Las comunicaciones internas obtenidas por The Times indican que los agentes de la Patrulla Fronteriza, al parecer, ya han sobrepasado sus roles permitidos.

El jueves último, Ashley Caudill-Mirillo, subdirectora de la división de asilo de los Servicios de Ciudadanía e Inmigración, escribió a los líderes de campo enfatizando que los agentes sólo podían detectar reclamos de temor creíble provenientes de los países del Triángulo del Norte -El Salvador, Honduras y Guatemala- y ” bajo ninguna circunstancia” debían entrevistar a ciudadanos cubanos.

“No hay excepciones a esta regla”, afirmó, y agregó que los funcionarios “pueden hacer un seguimiento con ustedes si se descubre que estas asignaciones han ocurrido, en el caso de que se nos solicite una explicación”.

Según Fluharty, ella y sus colegas presenciaron una variedad de problemas. El puñado de agentes de la Patrulla Fronteriza desplegados en Dilley son todos hombres, lo cual impide que aquellos que han sufrido violencia sexual o de género soliciten a una mujer oficial. Algunos agentes realizan entrevistas por teléfono, por primera vez en Dilley, donde todas las evaluaciones habían sido en persona, y con niños tan pequeños como de seis años. Otros exámenes duran mucho más de lo normal, más de seis horas. Y los agentes constantemente hacen preguntas irrelevantes, mientras omiten las más críticas, consideró. “Es más difícil para las familias que deben compartir experiencias realmente traumáticas en circunstancias totalmente estresantes”, dijo, “y ahora ante alguien que no posee el conocimiento o la capacitación adecuados”.

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